Me entrego al amor como nunca a mis padres
y ha sido siempre una burbuja
que amenaza con su danza involuntaria.
Me condena este enigma de no saber cómo,
de cargar con esta falta que crece o adelgaza
Según quien
según que
según…
Me doy al amor, lo creo, lo nazco, desde un pequeño consenso
del aire que duerme en los espacios vacíos de nuestros cuerpos distantes.
Soy un espejo más de mi condena inicial
sin culpa, de otra forma no hubiera sido
sino este ser
empañado que me devuelve una infancia en retazos
Objetos, imágenes,
tejidos, cielos celestes,
un árbol caído que trepo y hago reino con mis pocos años de
conquistadora
Refugios entre las plantas
jardín
lugar secreto
Mi reinado con la flor y con los higos
perla al principio, más tarde, los pétalos de nácar.
Todos los fragmentos, más este, ahora mismo
viajan en un tren desordenando el tiempo, y todo es ahora
cuando se viaja.
Refugio cristalino los trazos, los tonos
Las capas que piden más color o pálidamente sencillas se
muestran sin temer lo delicado de sus simples estructuras.
Creí a modo científico, midiendo en latidos, intensidades,
brillos y fluidos.
Caí en la cuenta que nada es prueba, que nada sostienen las
palabras si las dejamos solas.
Toda manifestación muestra su esencia en excepciones.
Este ritmo ensimismado, hilado de fragmentos pretendiendo perdurar
No es más que nuestra imagen empañada en el espejo de lo que creímos amar.
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