miércoles, 22 de abril de 2015

Derrame

Cuando estuve triste adelgacé unos cuantos kilos. Se asomaron los pómulos más que nunca como dos almohadillas óseas definidas cuasi tronos dispuestos a continuar acunando mis globos oculares de esclerótica pinchada que no paraba de derramar las imágenes líquidas-licuadas de los últimos tiempos.
Me superaba está incesante fuga acuífera y comencé a llenar bidones, peceras, cisternas y ollas.
Ciertos animales amantes de la humedad circundaban mi espacio vital ya manantial y se disputaban el mejor líquido con gentes de mantón y cruces espinadas.
De un lado a otro me llevaban como regadera sobre pedestal bañando bebes siameses y empapando tierras ya muertas de humanidad.

Cuando un día tuve sed ninguno de mis creyentes me sació, infieles todos!!!
Y bebí de mi misma y olvidé que un día estuve triste.

2 comentarios:

  1. Genial...me sacaste una sonrisa, en el instante justo.gracias

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